lunes, 11 de noviembre de 2019

La fuga de Papapa y Mamama


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Estuve buscando hoy esta narración dentro de esta página familiar y no la encontré. Tal vez está bajo una categoría que no pude adivinar; por eso la incluyo para que quede al alcance de todos...


Como ya todos lo sabemos: Papapa y Mamama se fugaron.

A petición de Elisa estuve hurgando en el pasado porque ella quería saber cómo fue que Papapa se trajo a Mamama tan jovencita para Caracas.

Ayer 21 de diciembre de 2008, le pregunté a mi mamá cómo fue que  ellos se conocieron. Ella insistía en que no lo recordaba pero finalmente me contó que mi papá decía que la primera vez que él la vio fue un día que ella entró corriendo a la casa de los vecinos (una señora que era sastre) en Caripito huyendo de mi tío José que la perseguía para molestarla. Mamama tenía 13 años.
Mi papá estaba instalado en una máquina de coser, “cosiendo” (no puedo imaginarlo) una faja que debía ponerse porque lo habían operado del apéndice.
El hecho es que ella vio a un hombre sentado frente a la máquina pero no le prestó atención.

El segundo encuentro, ni los subsiguientes ella dice no los recuerda, pero sucedió, que fue invitada a pasarse unos días en Yaguaraparo en la casa de la familia Gómez. La amiguita de mi mamá se llamaba Josefina Gómez, así que se fue por unos 15 días con ellos…
En ese interín, mi papá le escribió una carta que luego envió con un marchante que viajaba de pueblo en pueblo. En esa carta le decía lo triste que estaba por su ausencia…  (no puedo imaginarlo).

Lo más lindo de este relato fue la expresión de mi mamá cuando me dijo que cuando ella regresó a Caripito mi papá estaba radiante de felicidad… (no puedo imaginarlo).

No hubo manera de que precisara cómo ni cuándo  se hicieron novios; ella no quiso hablar de eso, -pero sí dijo que ella estaba enamorada- así que tuvimos que saltar al momento del arrejunte que fue así: mi papá dejó a la abuela María una carta “explicativa” (me hubiera gustado conocer su contenido) y se vinieron en carro de alquiler para Caracas, con tanta suerte que, el chofer se detuvo a descansar un rato y se acercó Severiano… un señor empleado del aseo urbano que  recogía la basura en Caripito y conocía a mi abuela.
Severiano habló con su amigo el chofer y así se enteró de que el destino sería Caracas. Acto seguido, metió el ojo en el carro donde estaba mi mamá (a quien también conocía) y al regresar a Caripito dio la buena nueva: ví a Camucha que iba rumbo a Caracas…
Mi mamá dice que ella no lo había visto porque de haber sido así se habría escondido… Mamama tenía 15 años.

No me dijo cuál había sido la reacción de la abuela, así que no se tampoco si leyó la “carta”.
El siguiente encuentro entre la abuela María y Mamama fue después que nació Aquiles, cuando ella lo llevó a Caripito viajando en barco acompañada de una señora conocida.
Finalmente, luego que habían nacido Aquiles, Fina y Enrique, la abuela tuvo que venirse a ayudar a mi mamá quien estaba embarazada de mi; es por eso que la abuela María siempre me decía que fui yo quien la traje. La abuela tenía 40 años y Mamama 22.

Besos, Lily.



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